miércoles, 22 de diciembre de 2010
Carta a un amor que se fue...
Te escribo ésta carta porque sé que algunas y mucha veces mis emociones se escurren entre tantas palabras.
Porque sé que mi corazón por momentos, a veces muy prolongados se queda en silencio absoluto. Para poderte decir sin romper la tranquilidad del silencio que te ama como al más bello de los amaneceres en un paraíso donde sólo tu y yo existimos…
Te la escribo porque aunque lejos estás de mí y yo de ti. Vas conmigo a todas partes. Que estoy y vas conmigo siempre. En el viento, en las nubes que desde lo alto flotan acariciando tu piel. En los rayos de sol que borran las frías sentencias que intentan aferrase a ti.
¡Cuando despierto lo hago feliz! Con más fuerza en mi interior para enfrentar cada día. Porque por las noches mientras duermo, tu aura respira cerca de mi pecho. Te siento tocar mis labios en mis momentos de transición. Cuando salgo a la vida después de soñar contigo y despertar, a enfrentar al mundo. ¡Estás ahí! dándome fuerzas; las suficientes para no dejarme vencer por el miedo.
Cuando caigo sé lo que dirías si estuvieses conmigo. ¡Porque tú así te levantas!
Porque lo que hago te haga feliz. Y lo que diga jamás te llegue a herir.
¡Te escribo ésta carta! Para decirte que antes de dormir clamo siempre al destino unir nuestras almas por siempre y para siempre. Que soñemos juntos por la eternidad sin miedo a despertar. También para expresarte que mi corazón estalla de felicidad cuando te escucha reír y te ve sonreír, a través de giroscopios en lo alto de un volcán de ilusiones y fantasías. Para decirte que cada minuto que se va es un motivo más para ser feliz y cada hora que se desgrana del día una más para amarte con lealtad.
¡Te escribo ésta carta! porque no sé donde hallar respuesta a tantas plegarias. Que todas piden a gritos dormirme en tus brazos y despegar juntos a una galaxia muy nuestra. Que des respuesta a las infinitas preguntas que me invaden cada vez que te digo hasta luego. ¡Te escribo esta carta! porque no existe flor tan hermosa que pueda descifrarte lo que mi interior alberga. Te la escribo para decirte que jamás te dejaré ir tras la oscuridad. Tomaré tu mano, para guiarte hasta el final de tus angustias.
¡Te la termino hasta acá! porque sé que las palabras pueden aburrirte y adormecerte. O simplemente…el llanto de los ángeles no te permita oírme.
¡Te escribí ésta carta! porque sé que puedes doblarla y decir que tienes mi corazón en tus manos.
...aunque jamas te vuelva a ver y tu coraxón no haya latido tan fuerte como el mío.
Hasta nunca...
martes, 14 de diciembre de 2010
Confesión
Se escudriñan las horas.
Olvido vivir cuando tus uñas arañan
mi espíritu con tal delicadeza
que se que estás ausente porque
pretendes convertirme en el mismo
de ayer.
Por lapsos incontrolables el miedo
me abalanza y se apodera de mí.
Cada parte aletargada por centellas
falsas, mentiras sin evadir.
Se que el mundo gira, su eje y
del universo mismo es en torno a ti.
Eres el mundo que necesito, la esencia
de mis obras, el elixir para el sueño imparable.
No han favorecido mis ventanas
una esfera más ardiente que tus cuerdas.
Mi palacio es de metal,
el silencio mi delirio, alucino
cada gota de tu savia en un espiral de
color, un ataúd de hielo.
un mundo sin rumbo.
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