Eterno Retorno

Siempre seré tuyo,

cada parte de lo que soy, 
amor, perversión, fuego y alma.

Soy tuyo en mis pensamientos,
mis manos, 
cada partícula de lo que soy es tuya.

Soy tuyo en mi agonía nocturna...
Soy tuyo en cada suspiro que me

siembra el alba

¡Soy tuyo en medio de la tempestad!
Quiero ser tuyo al despertar en medio

de mis pesadillas.

¡Tómame de este frío sepulcro!

Toma mis manos y llévame,

Quémame con el brillo de ser,

Quémame en tu calor celestial,

Quémame y sácame de este abismo.

Tómame y bésame;

seca mis labios de

Esta pasión delirante.

Sácame de este espiral infinito,

Sácame de este frío lugar,

Sácame de este tenebroso cuadro.

Tómame de mi sepulcro,

Escribe mi epitafio,

Escribe, mi destino en tus ojos,

Tómame de mis lamentos,

Tómame sin volver atrás,

No te detengas, mis manos frías

Son sólo un espasmo de dolor.

¡Tu sensualidad es poesía!

Tus besos son mi verso dormido en las flores,

Tus caricias tus manos congeladas en el invierno.

¡Tu sensualidad es poesía!

Tu silueta desnuda de pudor es

Mi lienzo enigmático, mi voraz

Locura disidente.

¡Tu sensualidad es poesía!

Tus caderas son mi condena;

Mi asidua sonrisa de tu reflejo…

Mis ojos son tu reflejo estático en la penumbra

Que me tortura hasta el amanecer.

Tu sensualidad es poesía…

Mi nocturno inconcluso,

Mi adagio perturbado en mis recuerdos.

¡Tu sensualidad es poesía!

Mi verso aleatorio sumido en mis

Labios áridos.

¡Tu sensualidad es poesía!

Tu sombra en mis hombros son mi luz,

Mi libido soñoliento, mis bostezos por la muerte.

¡Tu sensualidad es poesía!

Tus cabellos los minutos enredados en el tiempo,

En las arenas infinitas de una pasión encerrada

En un reloj cristalizado.

¡Tu sensualidad es poesía!

Son tus ojos el laberinto del que no pretendo escapar…

Mi sendero sin rastro, sin fin ni guía.

¡Tu sensualidad es poesía!

La miel de tus labios me embriaga sin clemencia,

Son mi excusa de un escape astral.

Tu sensualidad es mi condena, mi locura y mi pasión.

Ten Piedad de Mí

¿Acaso pretendes escapar al olvido?
ni más ni menos que un segundo bastó
para destruir nuestro reino.

Olvidaste tu promesa de tomar
mi mano de los escombros, no te
importó regresar si quiera por el temor
que juntos amábamos de despertar
fríos en cuerpo y alma del largo y
solitario invierno.

No te importó mutilar mis alas para
no poderte encontrar, ni  morder la soga
que juraste morder cuando la locura
me conciliara.

No te importó correr de la tormenta
sabiendo que aun respiraba, soterrado
en la traición y restos de mi alma rota.

"No hay inicio sin final"

Termíname como a tu presa,
atraviesa con la saeta maligna de tus manos,
nada te ha importado desde entonces
cuando la maldad te beso tus labios muertos.

No hay inicio sin final...
mutílame los labios sólo así
no desearé besarte, sólo así no
querré desearte.

Aplasta mi alma, congélame
sin piedad, no pertenezco más
al delirio, mátame con tus
 mentiras pero acábame.

No podrás sobrevivir sin terminarme,
aún así mis fantasmas te rondarán...
no hallarás paz sin descansar.

Descansa y déjame morir con dignidad.

¡Ten piedad de mí!
Déjame morir...

Sentencia

Perdido en tu ausencia, en tu voz,
camino moribundo sin censura de tu adiós,
perdido sin suerte de ser rescatado
de este lamento infinito y fatal.

Tu ausencia es mi calvario,
mi reflejo vacío frente al delirio.


Este zahorí condensa mis labios
en angustias infructuosas de colmenas
asesinas.
Profiero mi sentencia en cada
pensamiento, profiero mi demencia
que aún te busca en el silencio.


Adhiero mi demencia en este párrafo,
el soliloquio de tu última palabra
que se fue con la fe de tus cansadas manos.


Sigo la maldición de mis errores,
mirándome en tus recuerdos que son
tu maldición.


Mi demencia se desglosa en llantos
Partidarios de declinaciones inevitables,
En besos impúdicos de mi alma confusa…


No soy un alma condenada, sólo soy un
errante mortal atrapado en tu hechizo.
No soy un ermitaño condenado, un
esclavo de mi demencia…

Regreso

He vuelto, sumido en demonios ancestrales,
en sádicas fabulaciones del destino.
He vuelto como Zaratustra de sus cenizas
quemando mis traumantes suspiros...

He vuelto de los confines de la nada;
de los suplicios del silencio,
he vuelto envuelto en llanto,
atrapado en mi confuso canto,
entre la Luna menguante,
entre el amor clandestino...

He vuelto, sin sombra ni voz,
sin artífice ni fuerza en mis manos.
He vuelto del limbo atormentado,
de mis sueño profundo he vuelto
a mostrar mis lágrimas...
lágrimas negras, lágrimas muertas...
lágrimas de sangre.