jueves, 14 de octubre de 2010
Asísteme
Llévate mis angustias hasta la cúspide de mi dolor,
engendra nuevas raíces en mi morada; olvidada, en ruinas,
casi invisibles (en mi corazón marchito).
¡Rompe los brazos de ésta cruz!
Mis manos quieren hurtarte de ese altar,
de ése frío y ruidoso cuadro difuminado por zombies.
Eterno es mi castigo por entregar mi alma a una mortal,
por apostar mi corazón ante el mal.
Es mi casta ansiedad volver a amar,
volver a respirar,
volverme a equivocar.
A la ribera de mi llanto.
A la ribera de mi sangre.
A este mar de dolor.
Llévate el pergamino.
El pacto con la luna y el tiempo,
el soliloquio de las pesadillas que nunca olvidaré.
¡Hasta Nunca!
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Buffffffff
ResponderEliminarFijate que no suelo comentar mucho en otros blogs (la verdad es que me cansé un poco) pero tu manera de escribir me incita a hacerlo.
A ver porque no sé por dónde empezar.
Primero: me sigo identificando con esa oscuridad en las palabras
Segundo: hoy hago mio lo que has escrito porque sí, sin más explicaciones.
Tercero: ese soliloquio casi me mata.
SINCERAMENTE ES MUY BUENO. ESPERO EL SIGUIENTE, Y ME SIGO DELEITANDO CON LO QUE HAS ESCRITO. ME RESULTA INSPIRADOR.
si viejo es eterno el castigo, este esta bueno viejo solo falta el acompañamiento y una rolona al estilo tragico ballet no no sos cabron viejo
ResponderEliminarcabron vos ffff
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