jueves, 14 de octubre de 2010
Dignaste
Dignaste cada letra que éste lápiz intentó
sofocar al escribirte, la fuerza que mi voluntad
embriaga al descender mis labios por besar la
luna en un mar de plata y diamante.
Dignaste las grietas que posaron espantadas
en el fango buscando augurar la incertidumbre
en una aventura.
Dignaste encarecer cada parte de un segundo,
resquicio de tiempo en tus retinas. En tu ventana
ofuscada por falsa luz, el destierro y la nieve que
no pasó cerca de ti. Preguntándote por qué los
colores se distorsionan ante una voz y los instantes
tenues que las sombras nocturnas provocan prevalecer.
Has dignado que cada noche intensamente oscura sea
iluminada por tu recuerdo…
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¿Cómo me lo iba a perder?
ResponderEliminarAl final un poco de luz en esa oscuridad que nos alimenta e inspira.
Pero esos colores distorsionados ante una voz.... Es una preciosa imagen (te la robo).
Definitivamente yo si me declaro servidora tuya.
Un abrazo muy fuerte, y de nuevo a la espera, aunque quien sabe a lo mejor vuelvo y releo y me apetece decir algo más.
Dignaste por última vez mirarme y tu mirada dejó mi piel herida y el ocio se vertió en servidumbre, y mi servidumbre me consume. Dignaste pronuciar mi nombre y fue como un fuego que anuciara mi camino errante, abyecto, pues la usencicia de tu voz pregona mi fatal desdicha. Dignaste anclar tus manos en las mias,... triunfo, sapiencia, nudo que no se ha desbaratar sin culpa, gratitud o promesa. Dignaste...
ResponderEliminarEscribes muy bien... Sigue así.
BESOTE.